Para fines del 2018 se tiene que llegar al 80% de facturación electrónica en Perú. Este es el deseo de fin de año de la Superintendencia Nacional de Aduanas y Administración Tributaria (Sunat), que ha hecho obligatorio este procedimiento para las medianas empresas y para algunas personas naturales con negocios.
Solo las grandes empresas debían de adoptar este modo de facturación, hasta diciembre del 2017. Ahora, la emisión de facturas electrónicas es ordenada de acuerdo al rubro de negocio en que se desempeñe cada organización.
Por un lado, las empresas de gestión contable y los propietarios de las compañías tienen un registro que es más fácil de usar que los viejos comprobantes en papel. Ya no van a atener que acumularse cientos de comprobantes durante cinco años, que era el tiempo mínimo estipulado en la ley.
Otro beneficio radica en el ahorro por costos de impresión. Además, esas facturas pueden ser convertidas en títulos de valor a los ocho días de emitidas. Esto le da un importante factor de negociación a las pequeñas y medianas empresas (Pymes).
Otra manera de obtener ganancias con las facturas electrónicas, es la venta de la información. Valiéndose del factoring, las pymes pueden obtener la liquidez que les hace falta, sin esperar los plazos de pago de sus clientes. Imprimir una factura digital no hace que sea más válida, en realidad es al revés. Lo que dota al documento de legalidad es el archivo en formato xml.
Las auditorías y las evaluaciones de riesgo crediticio son más sencillas de realizar cuando los comprobantes se han generado de manera digital. Se tiene que tener en cuenta que el soporte no es lo que importa.
La implementación de los programas para la facturación electrónica y la adquisición de los certificados de seguridad, implican un gasto ineludible. este hecho genera malestar entre los contribuyentes, especialmente entre los propietarios de mypes, pero este desembolso debería verse como una inversión a largo plazo.
Resulta que la reducción de gastos y la optimización de procesos puede significar un ahorro de hasta el 50% de los gastos operativos, para las pequeñas empresas. En los negocios de más envergadura, este monto se elevaría hasta fluctuar entre el 60% y el 80%.
La capacitación de los trabajadores y la instalación de los programas, entre otros procesos toma aproximadamente un mes para empezar a emitir facturas electrónicas. Este es el tiempo mínimo estimado para los procesos de facturación más sencillos.
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