Muchos de los balances contables en las empresas que actualmente se consideran más importantes han sido modelados mucho tiempo atrás. Por ejemplo, las declaraciones de pérdidas y ganancias fueron concebidas antes de la Segunda Guerra Mundial.
Este tipo de informes son más apropiados para reflejar el estado de organizaciones que producen bienes físicos. Además, este problema se empieza a hacer más notable con la incorporación de la tecnología a las actividades comerciales. Esto se debe a que mucha de la información contable no se genera a la velocidad en que se toman las decisiones.
Un alcance sobre este problema se encuentra en libro “El fin de la contabilidad” (The End of Accounting) de los profesores Baruch Lev y Feng Gu. Este ejemplar fue publicado en el 2016, y explica las falencias de los números que publican las empresas actualmente. Uno de los puntos más reveladores es la premisa que la información contable ya no está a la altura de los requerimientos de los usuarios.
Para ejemplificar, los autores comparan las cuentas de la acerera U. S. Steel de 1902 con las de 2012. Entonces, el argumento principal que se eleva es que, a pesar de haber pasado 110 años, los contenidos financieros básicos de ambas épocas son casi los mismos.
El libro revela unas cifras importantes acerca de la capacidad de los balances contables en las empresas para satisfacer necesidades de información. Por ejemplo, se dice que los informes financieros que se publican solo constituyen el 5% de la información que utilizan los inversionistas que se interesan en la Bolsa.
Otro de los fallos que se destacan en los servicios contables es el tratamiento de los activos intangibles. Ese tipo de aspectos son los más subvalorados cuando pueden ser de gran importancia financiera.
Por ejemplo, el valor de las marcas, cuando se construye desde cero puede parecer que no tiene ningún valor en los balances contables en las empresas. Sin embargo, en caso que se haga una compra de ese tipo de bienes si se incluye en los informes financieros.
El resultado es una distorsión de la representación de los activos de las empresas. Este efecto ha crecido en las últimas cuatro décadas. Esto se debe a que las compañías tienen más bienes intangibles que son difíciles de valorar. Además, la inversión en tangibles se ha reducido en más de un tercio.
Un buen servicio de outsourcing contable puede establecer una estrategia para recopilación de datos para cada organización. Algunos de los nuevos aspectos que se pueden evaluar actualmente son: el estado de las marcas y sus patentes, valorizar las acciones o cuestiones socio-ambientales, también se pueden analizar cambios estratégicos que ayudarían a predecir el futuro o entender el pasado.
Ese tipo de análisis es lo que en el libro se llama: “informe sobre recursos estratégicos y sus consecuencias”. Esta es una de las más nuevas y audaces soluciones que se proponen. Esta propuesta está basada en lo que verdaderamente los inversores y el público desean y necesitan saber.
De hecho, uno de las trasformaciones más importantes es de las más fáciles de realizar. Actualmente, en los balances contables en las empresas no hay espacio para el reflejar el beneficio económico. Es decir, no se representa la ganancia que se obtiene de luego de cubrir el coste de capital. El objetivo de medidas como estas es que el público y los inversionistas dejen de confiar en los aspectos equivocados.
Si estás interesado en este tipo de análisis, contacta con un servicio de outsourcing contable con personal especializado. Comunícate con el equipo de TCA Soluciones llama al teléfono (511) 510 1302 o escribe a través del formulario de la página web para solicitar más información o una cotización.
(Fuente: Gestiopolis)
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